martes, 22 de marzo de 2016

Los Molinos de Viento, una singularidad manchegaEs una técnica importada con una tipología integrada a la manchega y que en cualquier caso se expandió en el siglo XVI. Azorín en su libro nos proporciona: “Que no puede extrañar que tales molinos –como una novedad-  sorprendieran a D. Alonso Quijano el Bueno, pues se implantaron en la Mancha en 1575”.
No hay pueblo en la Mancha y en su entorno con un cerro o un curso de agua que no tenga su molino de viento o de agua.
Fecha exacta o no, en cualquier caso se trata de un invento importado de Oriente  a Occidente por los cruzados de los Santos lugares. De tiempos muy lejanos Griegos o Romanos o, de tiempos más cercanos,  en Edad Media o Renacimiento, el hecho es que en el siglo XVI se implantó o reactivó su uso por diversos lugares “elevados de la Mancha”. Del Siglo XVI son los molinos de viento citados por Cervantes y que siguen ahí en el Cerro de la Paz de Campo de Criptana –el Burlete, el Sardinero, el Infantado, etc. En los demás cerros miradores de Alcázar de San Juan, de Moral de Calatrava, Y en las cimas más destacadas de los Montes de Toledo – en la Calderina y Chorito- los hay en Herencia, Puerto lapice, Consuegra, Los Yebnes, Urda, Villarruvia, Fuente el Fresno, Malagón, etc.

El molino Manchego, tiene tres plantas en su interior: silo, zona de la que parte la escalera de caracol por la que se accede al resto de plantas y donde se dejaban las mulas; camareta, una estancia media donde se limpia el grano y donde se guardan los lienzos de las aspas, los utensilios de molienda, etc; y por último el moledero, donde se encuentran las piedras de molienda, y en la parte superior alberga toda la maquinaria.
La  cubierta cónica independiente y móvil en la que se encuentran la aspas y descansa sobre la base cilíndrica suele ser de mampostería de piedra encalada, mientras que la cubierta es un entramado ligero de madera, que gira sobre un eje masivo. La cubierta se gira mediante un largo tronco saliente denominado gobierno, desde el que se manipula, orientando las aspas en función a la dirección del viento. Normalmente hay diferentes ventanucos que recogen los  tipos de viento de la zona: solano alto, solano fijo, solano hondo, moriscote, ábrego hondo, ábrego alto, toledano, cierzo, matacabras y mediodía.
-Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

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