sábado, 1 de noviembre de 2014

Las funciones vitales son aquellas que realizan todos los seres vivos. Son tres: Función de Nutrición Es la capacidad que poseen los seres vivos de intercambiar con el medio que les rodea materia y energía. Los seres vivos toman del medio las sustancias nutritivas y la energía que necesitan para vivir y expulsan al medio las sustancias de desecho que fabrican. La función de nutrición es fundamental para la supervivencia de los seres vivos, ya que les permite crecer, desarrollarse, renovar los tejidos dañados o viejos y disponer de la energía necesaria para el funcionamiento del organismo. Hay dos tipos de nutrición: la autótrofa y la heterótrofa. Los seres vivos autótrofos, son aquellos capaces de fabricar la materia orgánica que constituye su alimento, a partir de sustancias inorgánicas sencillas (H2O, CO2 y sales minerales) y utilizando una fuente de energía. El proceso autótrofo más común en los seres vivos es la fotosíntesis, que utiliza como fuente de energía la luminosa procedente del Sol y que es captada por un pigmento denominado clorofila. Los seres vivos heterótrofos, son aquellos que no pueden fabricar la materia orgánica que constituye su alimento y tienen que tomarla del medio: comiéndose a otros seres vivos, sus productos o sus restos. Función de relación Es la capacidad de los seres vivos de captar señales procedentes del medio (externo e interno) y de responder a ellas, es decir les permite darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor y actuar en función de ello. La función de relación también es muy importante para la supervivencia de los seres vivos pues les permite nutrirse, reproducirse y protegerse del medio donde viven (resguardarse del frío, del calor, etc.) y de otros seres vivos. Función de reproducción Es la capacidad de los seres vivos de fabricar nuevos seres semejantes en su anatomía y en su fisiología a sus progenitores. La función de reproducción no es fundamental para la supervivencia de un ser vivo. Sin embargo la reproducción es fundamental para el mantenimiento de la vida misma, ya que si los seres vivos no se reprodujeran las especies se extinguirían y con ellas, la vida. Al igual que en la nutrición hay dos grandes tipos de reproducción: la reproducción asexual y la reproducción sexual. La reproducción asexual se produce cuando no intervienen células especializadas y no hay intercambio genético, por lo que los descendientes son genéticamente idénticos a su progenitor. La reproducción sexual se produce cuando intervienen células especializadas (gametos) de diferente sexo y ocurre una mezcla de la información genética contenida en ellas.

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